Cosas del destino

Una fuerte brisa golpeaba la puerta de la familia Elric- Deschannel, una brisa misteriosa, que buscaba entrar a la cálida casa, pero no podría, a menos que a algún integrante se le olvide aquella unión familiar...

- Hace frío mamá!!!!- Taro miró a su madre llegar al castillo, una sierta preocupación veía el pequeño en su madre, pero esas cejas le advertían de contestar

- Dile a tu padre que prenda la estufa... a lo olvidaba, anda viajando- Eli se dirijió a la estufa lentamente, no podía apurar su paso ni sus pensamientos, esperaba que todo ese insidente en el trabajo no se haya significado nada para las personas involucradas en el asunto, sobre todo si era algo como eso... ESO!- No pienses leseras Elizabeth- Se repetía una y otra vez al tomar leños para el fuego
TOC TOC...
- Yo abro!!!!- Taro salió alegremente, para intentar despejar a su madre de tantas penumbras

- Hola Taro- El castaño abrazó con energía a su ahijado y lo despeino- Vine a ver a tu madre... se veía un poco distraída... y una Gobernadora no puede verse así, ¿no crees?- Sonrió caminando hacia ella, hacia aquel antro de perdición que había provocado un escándalo en su mente, a decir verdad, lo hacía hace mucho tiempo, pero este día había sido especial. La muestra más linda de amor, la entrega de almas y cuerpos, ahora no lo podría ocultar, pero era una utopía gigante y dolorosa el querer estar con la Reina Elizabeth de Elric...

- Creo que no ha cambiado desde entonces... no está muy bien... y Anne dice que no duerme muy bien que digamos...- Taro miró preocupado hacia abajo- De hecho, cuando rompí la mesa de porcelana que le regaló mi tío Alphonse, no me dijo nada... solo mencionó "Edward la arreglará cuando vuelva", no sé que le pasa...- Taro se sobó un ojo para simular su pena, era igual que Ed pero con el pelo azul como Eli...

-Yo hablaré con ella no te preocupes Taro, todo se va a arreglar- El castaño caminó hacia el vestíbulo donde se encontraba.

No sabía que estaba pensando al mirar esa leña consumirse con esas llamas que cada vez, rodeaba todo su corazón y la envolvían en el sueño de hace días... si Edward no volvía lo antes posible, su corazón si iba a dar vuelta y no sería él "su hombre más amado", si no que sería su chofer... su amado y anhelado chofer que la miraba con ojos relucientes y siempre atentos a cualquier deseo que ella necesitara... hasta los peores deseos que podía sentir... ya que Edward estaba un poco vacía en el peor de los deseos... en ese odioso pecado capital que rodeaba el ambiente en el coche que la llevaba al trabajo... en realidad, el no era solo su cochero.. era su guardaespalda, su mesero, su cocinero.. en fin... todo, pero eso no dejaba de correr por su conciencia esos pensamientos... "es tu sirviente, no tu novio". Que dolor sentía al pronunciar esas palabras en su cabeza todos los días al verlo sonreír al despertarse junto a ella.. esas noches de entrega a la peor de las pasiones... esas pasiones que alguna vez sintió por el mayor de los Elric y por el menor... pero que ahora... solo se encendían con aquel castaño luchador que la rodeaba en sueños y promesas que alguna vez cumplirían juntos... huidas con Taro al reino de Helen o al de Kathy o Shaoran.. cualquiera de sus hermanos la apoyaban en esa decición, aunque hayan mensionado el daño hacia Ed... a ella no le importaba nada... solo estar junto a los brazos de ese luchador, se le había olvidado esas entregas en el coche y en su pieza, solo recordaba aquel encuentro en su oficina.. y aquel desenfreno de su alma al ser rodeada por esos musculosos brazos...

-Reina, su esposo llega mañana.. quiere que lo vaya a buscar?- Sano tocó su hombro, intentando ser lo más controlado posible, era extraño hablarle tan perfecto después de lo sucedido en su oficina, en realidad... era raro hablarle del rey después de eso... después de tantas promesas y planes hecho por ellos, no quería que ella se olvidara de lo que pasaría al regreso de Ed... no podía permitir que se olvidara de que ella le contaría en cuanto Ed pusiera el pié en la casa... pero estaba loco si pensaba que eso iría a pasar, después de todo ambos tienen que proteger una reputación, "Eli es la reina y yo soy solo un cochero"...

- Si, quiero que lo vayas a buscar, después de todo, tengo algo muy importante que contarle- Eli lo miró confundida y triste, no podía evitar sentir melancolía al pensar en la separación con Ed, ya que él había sido su gran amor desde los 15 años y no quería abandonarlo... y su hijo!, como podía pensar en dejar a su hijo que tanto quería.

- Cómo quiera reina- Sano se alejó desidido. Sospecha y rencor. Dos sentimientos que hace tiempo que los sentía dentro de él, ya que su amada reina estaba muy seria y alejada de él, de todos modos, ya no la iba a esperar, se lo había jurado, pero esta vez no podía esperar tenía que hacer cosas que de verdad eran de su categoría, de un sirviente...

- Asi que esta era la situación que te ponía extraña, no?, mi dulce Eli- Ed entró de un portazo a la habitación.... decilusión e ira... los únicos sentimientos que ahora cruzaban su mente al ver a esa asquerosa pareja junta- No quiero explicaciones de ningún tipo- Ed hizo una señal al guardia- Seras degollado esta misma tarde- Ed lo miró con furia y caminó hacia Eli

-Nooo!!!!!!!!- Gritó Eli corriendo hacia Sano desesperada- Como puedes ordenar algo tan cruel!!- Ed tomó a Eli para que no se acercara a él- Déjame estar on él!

- Aléjate de e´l!- Ed la tomó con fuerza y enojado

- Déjame maldito asesino!!!- Eli se samorreaba y le lanzaba rayos enojada. Como Edward podía hacer algo como eso, se supone que él era comprencivo y amable, pero por qué habia reaccionado así, tan insensato

- Elizabeth... no te preocupes- Sonrió Sano mientras se llo llevaban los guardias lo arrastraban hacia la salida

- No puedes ser tan cruel edward!!!- Eli lo golpeaba con fuerza

-Esperen- Edward hizo una seña- Prefiero matarlo yo ahora- Ed sacó una espada y la colocó en el cuello de Sanosuke

- Te amo...- Sonrió Sano con rubor en sus mejillas, sabía que ese momento llegaríua en algún momento, no lo esperaba tan pronto, pero lo esperaba, estaba felíz después de todo, había pasado muchos momentos junto a su amada reina, pero ahora todos esos recuerdos quedaban con ella, ya que él estaría muy lejos... esperándola

- Adiós- Ed levantó la espada y al frente de los ojos de Eli le corto rápidamente la cabeza al luchador

- Demonio- Fué el único susurro que le salió de la boca- Te odio- Calló de rodillas intentando no mirar la cabeza de su amado que rodaba a sus rodillas- Perdóname- Eli salió corriendo fuera del castillo- Idiota!-

- Quiere que la lleve a alguna parte, reina?- Eli miró al lado ilusionada al escuchar la voz de su Sano ofrecerle su mano

- Sano!- eli volteó a mirar a su Sano- Solo eres tu- Miró triste hacia abajo recordando el horrible momento de su muerte- De hecho James, me gustaría que me llevaras a la cas de Kathy-san, por favor, necesito a mis hermanas-

-Como ordene- Sonrió el cochero reemplazante